martes, 17 de marzo de 2009

Movimientos Estudiantiles en Venezuela:
¿Mito o Realidad?
Cuando se acaban de conmemorar hace menos de cien días los 90 años de la Reforma de Córdoba, considero necesario, remontarnos brevemente a lo que fueron esa especie de sínodos estudiantiles que sirvieron de bases, a las agrupaciones estudiantiles y permitirnos hablar sobre lo que en realidad (aspiramos) hoy en día se han convertido los “Movimientos Estudiantiles” en Venezuela.
Haciendo un sucinto ejercicio histórico, podemos decir que inspirados por Francisco Giner de los Ríos, fue la Institución de Libre Enseñanza la que impulsaría una enérgica reforma educativa a partir de la idea de la “libertad”. De forma casi paralela, el surgimiento del modernismo, como corriente literaria iniciada en América Latina por el nicaragüense Rubén Darío, concretaba un proceso para poner fin a la colonización de la lengua española que tendría importantes consecuencias culturales, trascendiendo los limites de lo literario.
Es así que, a inicios del siglo XX, en América Latina los estudiantes universitarios comenzaron a crear sus propias organizaciones. Aparecieron los Centros de Estudiantes y las Federaciones Universitarias que los agruparon. Estas organizaciones estudiantiles adoptaron un esquema de asociación y de acción similar al de los sindicatos, recurriendo incluso a la "huelga estudiantil".
De las organizaciones pioneras podemos citar a La Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh), fundada en 1906, fue la primera organización nacional en aparecer, pero no es sino hasta 1918 cuando los estudiantes de la Universidad Nacional de Córdoba iniciaron una huelga universitaria en reclamo de reformas universitarias, que se convirtió rápidamente en un amplio movimiento en todo el país y en América Latina, con cierto impacto también en España y Estados Unidos. Donde en un sentido bastante genérico esta Reforma universitaria tendrá como objetivo fundamental la reforma de las estructuras, contenidos y fines de la universidad, contenidas en lo que se denomino el Manifiesto Liminar.
Fueron estos tres lineamientos que transpolaron hasta nuestras latitudes los “dirigentes juveniles” de entonces, Pio Tamayo, Carlos D'Ascoli, Rómulo Betancourt, Jovito Villalba, Raúl Leoni, entre otros, pero lamentablemente desde ese preciso instante hasta nuestros días ha sido un árbol que ha nacido doblado donde sus ramas jamás se han enderezado, porque como bien rezaba en el manifiesto Liminar se trazaban metas progresistas, donde Universidad y Sociedad serian una sola, pero parafraseando a Miguel de Unamuno, intentamos más ser padres de nuestro porvenir que hijos de nuestro pasado.
A sabiendas de esto, podemos decir que, Córdoba significara el cénit Latinoamericanista para la consecución de un nuevo espacio de representación, de lucha, y de aglutinamiento de clases, donde las oprimidas y las olvidadas se conjugaban con las estudiantiles, pero que lamentablemente en algún punto de su evolución o su progreso se desvirtuaron, sirviendo más para el aprovechamiento de estos espacios como plataforma política de ámbitos nacionales violentando la norma autonómica que permite la “libertad” dentro de la misma Universidad.
Es así como en Venezuela se conocerá la primera participación del estudiantado en el plano político nacional, gracias a la generación de 1928 ( Generación del 28), que estaba compuesta por Rómulo Betancourt, Jovito Villalba, Andrés Eloy Blanco, Juan Oropeza, Raúl Leoni, Humberto Tejera entre otros, quienes llevaron a cabo el primer movimiento exitoso de masas donde allí surgieron los líderes que empezaron a organizar las nuevas agrupaciones políticas que constituían el futuro e instrumentos de lucha política contra el gobierno de Gómez.

Prácticamente 30 años después estos nuevos grupos sociales, los sectores medios emergentes inaugurarán nuevas formas de lucha social, y sus demandas tendrán expresiones significativas en los sistemas educativos y particularmente en las universidades. Y con el avance del proceso de modernización capitalista en las sociedades latinoamericanas, el movimiento estudiantil se consolidó como expresión política de los nuevos sectores (sectores modernos), siendo protagonista fundamental en el derrocamiento al régimen militar venezolano de 1958, específicamente del 23 de Enero de 1958.
Este suceso en nuestra historia, significo una victoria irrefutable para muchos “demócratas”, pero para quienes aspiramos hacer de la historia nuestro modus vivendi, solo significa palpar un hecho de acuerdo al ojo con el que se vea, por ejemplo, algunos de aquellos dirigentes estudiantiles progresistas de antaño, habían sido infectados del más asqueante y repulsivo virus, el del “protagonismo” y acomodamiento político en aras de dominio y poder y no en aras de gerencia, representación y solución de los problemas de aquellos que representaban. Específicamente “dirigentes” como Rómulo Betancourt, Rafael Caldera y Jovito Villalba, asistieron a una reunión con Maurice Bergbaum, jefe de Asuntos Latinoamericanos del Departamento de Estado de los Estados Unidos de Norte América la cual denominaron como pacto de Nueva York, celebrado apenas 3 días antes de llevarse a cabo los hechos del 23 de enero y que fue el preámbulo a lo que todos conocemos como El Pacto de Punto Fijo y comenzar así el reparto de una nación que a empujones seguía escribiendo y haciendo su historia política.
Es por ello que universidades y estudiantes conformaron entonces, en las décadas subsiguientes a 1958, un reducto de oposición al régimen democrático representativo surgido del 23 de enero y consagrado en el Pacto de Punto Fijo; fue en las universidades en donde se concentró la oposición al bipartidismo adeco-copeyano. En un contexto social en el cual los sectores obreros y campesinos permanecieron por décadas en pasividad debido al hermético control sindical que el partido Acción Democrática ejercía sobre esos sectores, los movimientos estudiantiles representaron con sus luchas a los sectores que le hicieron oposición al puntofijismo, permitiendo así que la izquierda se concentrara en las universidades. Habiendo perdido sus vínculos orgánicos con sectores obreros y campesinos, los partidos de izquierda parecieron conformarse con “hacer trabajo político” en las universidades.
Pero el carácter antiautoritario de los movimientos estudiantiles, que muchas veces se enfrentan a los cimientos universitarios y a su función dentro de la sociedad, también choca en no pocas ocasiones contra el mismo Estado y el sistema político imperante. El movimiento estudiantil conlleva una orientación política en la medida que cuestiona y demanda el uso de recursos y condiciones manejadas por el Estado, ya sean reivindicaciones gremiales o cambios sociopolíticos.

Como el compromiso del historiador debe ser con las grandes mayorías sociales, echadas a un lado por el modelo neoliberal que se ha impuesto globalmente debido a que hasta ahora la burguesía escribió la historia para justificar su dominación y es al pueblo al que le corresponde reescribir la historia desde su perspectiva de liberación, el carácter particular de los movimientos estudiantiles latinoamericanos de las últimas décadas se relaciona mucho con los procesos de masificación de la educación superior llevados a cabo en nuestros países. Los estudiantes universitarios dejaron de ser una elite en la medida en que la crisis económica comenzó a afectar a las clases medias y sectores de trabajadores. Incluso la llamada proletarización de las profesiones universitarias ha hecho bajar de status al individuo que posee un título profesional.
Con todo lo antes expuesto, considero que llegamos al punto de distanciamiento de lo que eran los movimientos estudiantiles reaccionarios con respecto a la desigualdad social y nos encontramos inmersos dentro de los movimientos estudiantiles acomodaticios y de plataforma política nacional, que encontraron en los vaivenes del tiempo esa semilla que retoñaba de vez en cuando el sentido natural del mismo, como por ejemplo, las luchas establecidas en pro del bienestar estudiantil como las distintas manifestaciones por el beneficio del pasaje preferencial estudiantil, las movilizaciones durante el Marzo Merideño o, como la importante participación dentro de los sucesos acaecidos a nivel nacional durante el 27 y 28 de febrero de 1989, el ampliamente conocido movimiento popular espontaneo conocido como el Caracazo y que dieron al traste con la opinión de algunos autores y teóricos de mediados de los años ochenta, quienes no consideraban la posibilidad de un nuevo renacer del movimiento estudiantil latinoamericano y más específicamente el nuestro, el venezolano. Se basaban para ello en el fuerte control que mantenían los partidos políticos dentro de las universidades, en la apatía presente en el estudiantado hacia sus organizaciones representativas, en el apego exclusivo a sus intereses gremiales o corporativos, en los efectos desmovilizantes de la crisis económica, en la crisis de los paradigmas que sustentaban la lucha estudiantil de los 60, y en los frenos derivados de la incongruencia entre el ofrecimiento social de participación en los destinos del país y la incapacidad real de incorporar al joven formado ni siquiera al sistema productivo ya existente.
Debido a este desolador panorama, es cuando algunos movimientos estudiantiles sucumben de manera abierta a las presiones y peticiones hechas desde los cogollos partidistas de ese entonces, convirtiéndose en falanges (fracciones) partidistas dentro de la autonomía universitaria y gracias a ello es cuando llegamos al punto de la “necesaria” y hasta casi eterna representación estudiantil (entiéndase de una misma persona) en cualquier ámbito de poder del estudiantado.

LOS AÑOS 90: “DECADA DEL CAMBIO”

Cabe destacar que la lucha del movimiento estudiantil se fue permeando hacia el resto de la sociedad, como lo demuestra la crisis que comenzó a atravesar el sistema político puntofijista luego de las jornadas de protestas estudiantiles de 1987-88. No sólo se transmitieron las formas de lucha (protestas callejeras), sino que se transmitieron las ideas que cuestionaban la legitimidad de las instituciones, que criticaban la corrupción y el clientelismo de los partidos.
Los movimientos autónomos estudiantiles que habían surgido en las universidades, y que estuvieron a la cabeza de las protestas a partir de 1987, eran la mejor expresión del proceso de desmoronamiento de la hegemonía partidista sobre la sociedad venezolana.
Cuando insurgen los militares el 4 de febrero de 1992, el discurso que proclaman es el mismo que los movimientos estudiantiles habían enarbolado desde comienzos de los 80 para enfrentar al sistema puntofijista.
Pero como bien dice Roberto López Sánchez, “los héroes del ’92 se encargaron de sacar de circulación a las organizaciones estudiantiles y populares que habían encabezado la protesta social previa al 4 de febrero. Su visión burocrática y mesiánica de la “revolución” no dejaba espacio para el protagonismo popular y la horizontalidad organizativa de los movimientos estudiantiles”.
Este nuevo rol, permitirá que el movimiento estudiantil venezolano siga bajo la paternidad de fuerzas exógenas a la universidad, ya no es solo el binomio adeco-copeyano y, lamentablemente la sociedad venero a estos “héroes del ‘92” olvidando a quienes en realidad habían generado ese sigma en los cimientos de nuestra sociedad y no les quedo otra cosa que la de asumir una posición entreguista durante esta etapa.
Tanto así que ya la dirigencia universitaria no se elige desde entonces por quien en realidad luche y haga escuchar nuestra voz, haciendo valer y respetar nuestros derechos y dar fe del cumplimiento de nuestros deberes, no, los actuales “dirigentes estudiantiles universitarios” se eligen por su poder mediático, por cuantas veces salga en televisión, o por cuanta cantidad de dinero gasten en sus campañas electorales, amen de las “ayuditas” dadas por los equipos rectorales de turno, para que puedan seguir velando por los supuestos intereses de nuestra autonomía universitaria, por solo citarles un ejemplo de las incongruencias de nuestras autoridades:
El día 18 de julio de 2007 se llevo a cabo en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela (UCV) el evento "Foro Interuniversitario por la Autonomía" en respaldo a la libertad académica y a la autonomía universitaria, donde el entonces rector de dicha universidad Antonio París, dio inicio al encuentro con la lectura de un documento que suscribieron en la Universidad Autónoma de México los integrantes del Comité Ejecutivo de Instituciones afiliadas a la Red de Macrouniversidades Públicas de América Latina y del Caribe en apoyo a la autonomía y al pluralismo ideológico como elementos esenciales del quehacer universitario. De manera resumida los puntos esbozados por el entonces rector son tres:

- La autonomía universitaria es fundamental para el cumplimiento de la misión de la universidad, la libertad de cátedra e investigación, así como la capacidad para administrar el patrimonio universitario son elementos consecuenciales de la autonomía. El Estado de Derecho debe ser garante de la autonomía de las universidades.

Cuando el movimiento estudiantil protestó contra las mediocres políticas educacionales, aumentos en las tarifas de transporte público, la irracional falta de cupo en las universidades, la falta de asistencia financiera a los estudiantes de pocos recursos y contra algunas políticas universitarias y nacionales que afectaban a la mayoría de pobres debido a la desigual distribución de la riqueza petrolera del país, sólo recibían disparos, rolazos y desapariciones, nunca se convoco a “reuniones de comités” ni nacionales ni extranjeros en aras de solucionar los problemas aun existentes dentro de nuestros espacios.
Es repudiable desde todo punto de vista cuando nuestras autoridades universitarias locales (entiéndase ulandinas) y las de las demás universidades hablan por nada mas esputar palabras, diciendo que en este país se viola la autonomía universitaria, cuando son ellos los principales violadores de la norma, no es para nadie un secreto, el uso y abuso de nuestros espacios como tarimas antigobierno, cuando ellos desvían recursos económicos que beneficiarían a nuestro sector estudiantil para financiar cualquier locura que se haga en contra del actual proceso. Cuando el que rige los designios de la universidad no es el rector ni su equipo rectoral sino un grupo de políticos que hacen su cogollo, conformándolo con lo más selecto de la godarria merideña para beneficiarse y desestabilizar a otro sector.
Y para muestra un botón, en el reciente proceso de elecciones regionales (23/11/2008), pudimos observar como algunos de los actuales dirigentes estudiantiles, exhibían de manera abierta y flagrante, atuendos de vestido (Camisas, Gorras, entre otros), con la insignia de nuestra Universidad de los Andes y sus colores, apoyando al candidato Lester Rodríguez Herrera a la alcaldía del municipio Libertador del estado Mérida, además del uso y abuso de unidades de transporte de dicha alma mater en oficios de apoyo la logístico del “comando de campaña” de ese candidato.

- El segundo reza, el pluralismo ideológico que impera en las universidades autónomas es consecuencia natural de la libertad de cátedra y es también el mejor instrumento que disponemos para hacerle frente a los fundamentalismos y al pensamiento único opuesto al pensamiento plural.

Es fácil palpar el pluralismo que permiten en nuestros espacios universitarios (el que malforman algunos profesores a sus estudiantes) cuando tildan de todas las formas y maneras posibles a quienes hacemos oposición dentro de la universidad. Claro, si para ellos el “pluralismo” pasa en pensar de la manera capitalista de Yon Goicoechea o Stalin González con la oportunista y acomodaticia forma de Rómulo Canelón y sus Batracios, o los títeres de Liliana Guerrero o Ricardo Sánchez, seria magnifico amalgamar a todo el estudiantado bajo esa forma de pensar.

- Por ultimo, El rigor intelectual objetivo sustentado en la base del conocimiento ajeno a dogmatismos es indispensable para alcanzar los niveles de calidad y excelencia con los que estamos comprometidos las universidades integrantes de la red.

Si de intelectualidad se habla, y si esta se pudiera medir en base a los años de transito universitario, algunos de los actuales dirigentes estudiantiles serian unas eminencias en ese ámbito; nombres como Luis Millán, Nixon Moreno, Alfredo Contreras, Stalin González, etc., son los pilares fundamentales de la norma. Pero en realidad lo que le interesa a las autoridades universitarias (jefes de partidos políticos y equipo rectoral) es que la universidad siga generando a los mismos execrados de siempre, sin sentido social alguno y que se convierta lo mas antes posible en un opositor nutrido por las normas que dicten los medios de información aliados, además de incentivar en aras de alcanzar los niveles de calidad y excelencia mediante apoyos a la cultura como siempre lo han hecho.

Lo que propongo desde esta humilde tribuna es que tengamos sentido de la conciencia y del rol que debemos desempeñar en este tiempo como estudiantes que somos y nos deslastremos de todo sentido de peculio mal formado dentro de nuestros espacios universitarios, la universidad no es solo esa estructura admirable que se observa desde afuera, no, la universidad es todo, mujeres, hombres, obreros, empleados, y sobretodo la simbiosis entre los ESTUDIANTES y los profesores.
Seamos participes de un nuevo amanecer, no nos conformemos con ser solo peatones académicos que como ciegos nos inclinamos a una tendencia política de moda, no, debemos ir mas allá, traspasemos esa barrera que nos impide ser Universidad y por ende movimiento estudiantil y cuando podamos cristalizar nuestros proyectos comunes, podemos detenernos a contemplar que el esfuerzo realizado en esta etapa formativa nos permitirá regolfar lo establecido hasta ahora y llevar como estandarte aquella frase dicha por el poeta Víctor Hugo, “solo viven aquellos que luchan”.
Realizado por: Br. Juan Pineda Estudiante ULA

1 comentario:

  1. LOS LÍDERES Y HÉROES DE PAPEL

    El frenesí por lograr un Monopolio Mercantil Mundial, que solo beneficie a los grupos económicos que componen el Corporativismo Inglés, ha llevado a estos, a dirigir secretamente el crimen organizado por más de dos centurias en el mundo. Estas organizaciones criminales se encargan de incentivar en todo ámbito, la pobreza y la delincuencia; para que abunden sectores sociales víctimas de estos flagelos y otros consecuentes, como la guerra y la droga.
    El fin es inducir en estos sectores afectados el anhelo de vanas ideologías, con sus falsos redentores; estas mismas organizaciones criminales procesan, dirigen y promueven estos líderes “salvadores”; la creación de este contexto es para poder aprovecharse de las libertades, reivindicaciones y derechos de los desposeídos y desadaptados, para usarlos como justificantes; que impulsen el caos, destrucción y despejes de espacios, que puedan llegar a ser competitivos y contrarios a los intereses monopolistas del Corporativismo Inglés.
    Esta Alianza Inglesa domina el mercado mundial desde hace siglos, ella financió con tales fines la aparente revolución francesa y las supuestas independencias americanas. No es Inglaterra quien actualmente gobierna el mundo, se trata de una TESTAFERRA, la llamada Corporación Británica. Esta se apoderó de Inglaterra después de difundir momentánea y falsamente que Napoleón ganó en Waterloo; así lograron bajar las acciones y se apoderaron de la economía de Londres. Ya dominados Francia y España, incitaron con ideas, préstamos, pertrechos y tropas, las falsas independencias de sus colonias; ya, especiosamente lo habían logrado en EEUU. De la economía de Europa se apoderan en su reconstrucción (Plan Marshall), principal fin de la II Guerra Mundial.
    Hoy dirigen mediáticamente la diatriba de derecha e izquierda, antisemitismo y sionismo etc., sus grandes negocios de la explotación de pobreza, inseguridad, banca, droga, e industria bélica, es la fuente de su poder. Todo ha sido dirigido a través de sectas secretas, que en las “independencias” también obedecían a Londres y era la afiliación común de “Los Héroes Emancipadores”. Dichos LÍDERES Y HÉROES DE PAPEL hoy se multiplican en diferentes países e instituciones; el fin es el embaucamiento de las mayorías; para despojar a las diferentes naciones de sus bienes y servicios, manipulándolos hasta el caos o destrucción total del orden actualmente establecido en ellos; para instaurar un Nuevo Orden Mundial; donde solo la Corporación Británica tenga las preeminencias.
    Puede corroborar, este esbozo, en los diferentes libros y escritos de esta web:
    www.lucasblancoacosta.com

    ResponderEliminar