martes, 16 de septiembre de 2014

Felipe Pérez Martí: “La clase media se ha depauperado

Felipe Pérez Martí: “La clase media se ha depauperado”



El ex ministro de Planificación de Chávez asegura que la distribución del ingreso ha empeorado en estos catorce años.
Enrique Meléndez
El economista Felipe Pérez Martí, ex ministro de Planificación de Hugo Chávez, califica el resultado de la gestión política del actual gobierno como de derecha, no de izquierda. “Por supuesto, las clases bajas han subido en su ingreso real. Pero no por motivos de aumento de la productividad, sino por el reparto de la renta petrolera. Los ricos han aumentado mucho más su riqueza. Lo que significa que la distancia entre pobres y ricos ha aumentado considerablemente. Pero la clase media se ha depauperado notablemente”, asienta el doctor en Economía por la Universidad de Chicago.

Rebelión y golpe de Estado
¿Qué sucede si el gobierno deja correr la arruga, en ese sentido, como parece que va a ser, si tomamos en cuenta que desde hace dos meses Nicolás Maduro viene amenazando con llevar a cabo tal ajuste y hasta ahora no se ha atrevido? 
— Ocurriría una rebelión social con golpe de Estado. Ese escenario lo tendríamos, de seguir el gobierno corriendo la arruga con pañitos calientes, que más bien en su caso serían tibios: cositas por allí, cositas por allá. Los aprovechadores de la renta conservarían básicamente todas sus prerrogativas, porque, definitivamente, Nicolás Maduro demostraría que está secuestrado por las mafias que estos señores han conformado.
Así que la situación la pudieran resolver los mandos medios de las Fuerzas Armadas, que también son clase media y cuyos sueldos no son los mejores del mundo. ¡No cubren la cesta básica! Esa gente está súper enojada. Entonces, esto pudiera ser en cascada, en el sentido de que, como ya lo estamos viendo, la explosión social se desataría a nivel nacional y los que tienen poder para sofocar estos amotinamientos de la ciudadanía van a ser los militares.
¿Por qué recomienda la adopción de lo que usted conoce como empresa socialista?
— Toda empresa socialista está llamada a ser exitosa, porque cuando los dividendos se reparten entre todos, el trabajador se afana más por trabajar, ya que en la medida en que más produce, gana más. En este caso, el trabajador gana por su actividad laboral y, además, como propietario de la empresa.
Claro, hay varias formas en que esto es así. Eso está sucediendo al interior de las empresas capitalistas más avanzadas. La empresa capitalista que explota al trabajador y que gerencia verticalmente, es cosa cada vez más del pasado. No tienen éxito. De manera que el socialismo está ahí: en las empresas socialistas, que son las más exitosas en el mundo
 entero.

Por ejemplo, la empresa Haier, que es una empresa china de electrodomésticos, constituye una de las empresas más exitosas en el mundo. Le gana a General Electric, a LG, a Samsung , en materia de electrodomésticos, porque produce una tecnología de altísima calidad. El 95% de esta empresa pertenece a los trabajadores y sólo el 5% es del Estado chino. Los trabajadores se esfuerzan muchísimo en esta empresa. Allí hay lo que se conoce como la gerencia participativa.

¿Cómo la califica usted la gerencia pública del presente gobierno?
— Yo la ubicaría a la derecha de la derecha. El Banco Mundial, que no es ningún organismo de izquierda, ha documentado econométricamente que cuando las comunidades se involucran en la planificación, control y gestión de los proyectos, siete de cada diez proyectos resultan exitosos.
Cuando eso se hace en forma centralizada, sólo uno de cada diez proyectos son exitosos. Entonces, el gobierno desde arriba les está gestionando todo a las comunidades y, en realidad, no cree en las comunidades. Pregona que si las comunas y tal. El presidente Chávez, ya al final de sus días, se dio cuenta del error que se había cometido. Entonces, promovió lo que conoció como “La vuelta del timón” para que, realmente, se le diera poder a la gente.
Porque, en lugar de darle poder a la gente, lo que se ha hecho es gestionarle su bienestar desde arriba, repartir la renta petrolera de la mejor manera posible, a través del programa de las misiones y tal o cual. Pero, ¿qué ha pasado con el poder popular? Bueno, se ha dividido, lo han balcanizado, lo han convertido en un combo de mafias internas dentro de la comunidad.
El ministerio de la Vivienda se mueve a través del Plan Vivienda, se busca un grupito, se retrata con ellos y declara que esa es la comunidad del poder popular. El hecho es que allí detrás está la mafia de la vivienda. Entonces, viene otro ministerio con otra misión: Misión Alimentación, pongamos por caso, entonces se busca un grupito, se retrata con ellos y muestra como está llevando el alimento al pueblo. Pero es arriba en el ministerio donde se deciden las obras que se hacen. No hay una conexión horizontal, que es lo que se conoce como poder popular.
El ministerio de Gestión Comunitaria es el mismo que yo dije que rige en las empresas socialistas. En primer lugar, los ciudadanos se apropian de la cosa pública, del poder político local comunitario, y lo gestionan de manera coherente. En nuestro caso no hay esa apropiación, sino que la relación de propiedad es con el poder central, y entonces la comunidad queda balcanizada.
No tiene ninguna efectividad, no tiene nada que ver con el concepto marxista de cambio de estructura. Si tú cambias la estructura, es, básicamente, la propiedad, tú alineas la propiedad del ciudadano con la comunidad. Por lo tanto, la efectividad es tremenda.
Sin embargo, tengo entendido que ya hay toda una estructura comunal a nivel de todo el país y que existe ya toda una legislación al respecto, ¿o no?
— ¡La idea de los concejos comunales es una tremenda idea! Básicamente, en la cuarta república se avanzó mucho, en ese sentido, a través de las asociaciones de vecinos. Esto aún va más allá: darle más poder a las asociaciones de vecinos. Eso es un concepto sumamente positivo y, de hecho, lo practican en los países más avanzados del mundo, en especial en los países de Europa.
Esos son países donde las comunidades se involucran. Es más, cuando tú le das poder a la gente, se excede, en el bueno sentido de la palabra, ya que defiende con mucho ahínco el bien comunitario, que lo considera suyo. Se da un mecanismo de educación horizontal sumamente efectivo, y esa es la democracia participativa.
El concepto es bueno, pero no se ha aplicado, no hemos creído en eso por falta de claridad ideológica. No sabemos lo que es el socialismo en estos últimos quince años. Gerenciar desde arriba y conducir desde arriba es lo que nos ha llevado a un desastre total en lo productivo y en materia de gestión de la cosa pública.
¿Cuál es el diagnóstico que tiene usted en estos momentos en materia de inflación?
— Nosotros estamos ahorita al borde de la hiperinflación, estamos al borde del abismo. No hay que perder de vista que las tres características básicas del proceso inflacionario conocido, teorizado y documentado son: primero, déficit fiscal endeble. Nosotros tenemos cinco años con un déficit de más de dos puntos del producto, y cuando en España pasó eso de más de 7 por ciento de déficit, hubo lo que fue, mundialmente conocido que sucedió allí. Hubo un problema con la Unión Europea, tuvo que venir un ajuste tremendo de carácter neoliberal. Nosotros tenemos más del 10% de déficit del PIB durante cinco años consecutivos, aquí como que no se ha sabido eso. El gobierno ha dicho: “No importa”. Pero las consecuencias de todo esto son sumamente graves.
La segunda causa de hiperinflación conocida en el mundo es que ese déficit es monetizado. Tú financias ese déficit con billetes fabricados con la maquinita del BCV, y del 70 u 80 por ciento de ese déficit ha sido monetizado.
La tercera causa es lo que se llama la demanda real de dinero, que baja. Entonces, la gente no quiere los billetes, sino bienes, dólares, que eso es una reserva de valor real, un poder de compra real que no pierde su valor. Los consumidores compran carros si no hay dólares, compran casas, terrenos, lo que sea. A la larga las familias tienen en sus casas un cuarto casi lleno de mercancía. La gente quiere comprar ya, porque el dinero pierde mucho valor.
Estas son las tres causas de una situación inflacionaria irreversible, aunque el gobierno lo que dice es que esto se debe a la guerra económica. Según esto, la inflación se produce, porque los productores aumentan de precio en un afán conspirativo y los ciudadanos se portan mal, porque, finalmente, son egoístas. La inflación, por lo demás, se dispara cuando la gente comienza a pedir aumento de salario.
Ahora el salario mínimo es casi 5 mil bolívares. Aunque la cesta básica alimenticia se ubica en 10 mil bolívares. ¡Ni con dos salarios mínimos comes tú! Ahora come menos la gente, porque comienza a comprar cosas que tienen poco valor nutritivo. La clase media se ha depauperado. Aquí la distribución del ingreso ha empeorado en estos catorce años.
El resultado de la gestión política del gobierno es de derecha, no de izquierda. Por supuesto, las clases bajas han subido en su ingreso real, pero no por motivos de aumento de la productividad, sino por el reparto de la renta petrolera. Los ricos han aumentado mucho más su riqueza. Lo que significa que la distancia entre pobres y ricos ha aumentado considerablemente. Pero la clase media se ha depauperado notablemente.
Eso es una responsabilidad del gobierno. Errores crasos de tipo político, de tipo ideológico y de tipo económico. Ya cuando la gente comienza a pedir aumentos de salarios, hay presiones tremendas y, en efecto, se producen los aumentos de salarios. En estas condiciones, el gobierno, como no puede recurrir a los impuestos reales, entonces se recurre a lo más fácil que es el impuesto inflacionario: fabrican billetes.
Eso es lo que genera el proceso hiperinflacionario, cuando ya está desencadenado y en el cual estamos ya al borde. De hecho, la clase pobre y la clase marginal han sido sumamente pacientes para pedir aumentos de salarios, comparadas con la de otros países del mundo, incluyendo aquí la clase media. Incluyendo aquí la dirigencia política de esta clase media que no han podido darle a entender estas ideas a la gente, sin darse cuenta de que ellos se merecen una situación mejor.
¿Cuáles son las soluciones que usted propondría en este caso?
— Nosotros estamos todos juntos los economistas en un proyecto, revisando algunas cosas. Está Víctor Álvarez, Henkel García, está Ronald Balza diseñando lo que hay que hacer. A ese respecto, consideramos que eso es facilísimo, porque el problema no es como las crisis clásicas, que tú tienes un problema de solvencia y de liquidez. A pesar del gobierno, este país no está insolvente internacionalmente, y eso lo demuestran los estudios.
Es solvente el país, a pesar de lo que han hecho. Porque, además, tenemos 17 mil millones en oro de las reservas que tú puedes administrar. Son liquidables y eso te lo dicen los estudios. El problema aquí no es de crisis clásica, como sí un problema de locura total de política económica. Desquiciamiento mayúsculo de política económica.
Mira, si tú sinceras el tipo de cambio, normalmente nosotros decimos que son 25 bolívares por dólar, tú cierras la brecha fiscal en 11,5 puntos del PIB. Ya casi no tienes brecha fiscal. Y el precio de la gasolina… mira, un campesino de Santa Elena de Uairén gana 30 mil bolívares mensuales, pero no porque está cultivando la tierra o porque es guía turístico, no. Lo gana porque contrabandea gasolina. De modo que tú tienes que incrementar el precio de la gasolina.
El tema de Petrocaribe tienes que eliminarlo. Nosotros estamos en una crisis y tú ayudas cuando estás en una buena situación. Son ellos los que más bien te tienen que ayudar a ti. Ahora es Cuba la que te tiene que aportar petróleo a ti.
En cuanto al tema fiscal, aquí los ricos no pagan impuesto, básicamente, 6 por ciento del PIB. Porque el 14% de lo que pagan se deriva la mitad del IVA, que lo pagamos todos, y la otra mitad del ISLR.
En materia cambiaria tienes que hacerlo: estás financiando, básicamente, 20 mil millones de dólares anuales a un grupito de unas cien personas. ¿Qué es eso? Las redes alimentarias: eso no le llega a la gente, de cien barriles le llegan 7 a la gente. Todo lo demás se lo llevan por bachaqueo, contrabando de extracción. Se están llenando de dinero algunos efectivos de las Fuerzas Armadas, indignamente, por esta vía.
¡Corrige eso! El ajuste aquí tienen que pagarlo los corruptos, los que practican el bachaqueo y los ricos que no pagan los suficientes impuestos que les corresponden. No la clase media, ni los pobres, ni los trabajadores. De modo que ese ajuste que estamos proponiendo es facilísimo de aplicar.

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