miércoles, 9 de septiembre de 2009

CARTEL DE LAS TRES LETRAS

De manera sistemática la estrategia del presidente colombiano Álvaro Uribe Vélez para camuflar su relación con el paramilitarismo y el narcotráfico, ha sido a través de la agresión a sus vecinos, contra quienes arremete de manera irresponsable tratando de eludir su problemática interna.

Para comprender su conducta, es necesario recordar un pasaje de su vida, a título de referencia.

Fue Director de Aeronáutica Civil de Colombia en el año 1981. Durante su gris gestión, le otorgó licencia al narcotraficante colombiano Jaime Cardona para que operara la ruta aérea Medellín-Turbo y la autorización para la construcción de un aeropuerto en su hacienda “El 90” en Caucasia. Emitió licencia a una flota de aviones, helicópteros y avionetas propiedad de Pablo Escobar Gaviria y Carlos Lehder con tres hangares en el aeropuerto de Medellín, desde donde transportaban la droga. Autorizó cinco aeronaves al narcotraficante Justo Pastor Rodríguez Gacha y tres a Alfonso Ramón Rodríguez Muñóz. Entre las 562 licencias otorgadas durante su gestión, fueron incautadas por tráfico de drogas: 12 helicópteros, 26 avionetas y 4 aviones, además los organismos de inteligencia al revisar en sus archivos los antecedentes de los titulares, resultaron revocadas 341. Su jefe de planificación fue el Dr. César Villegas, estrechamente vinculado con los Rodríguez Orijuela.

En el libro “Mi vida en el mundo de los caballos” (de impresos litográficos. Medellín 1988) escrito por el jefe del cartel Fabio Ochoa, llena de loas a su padre Alberto Uribe Sierra, y al referirse a Álvaro lo califica como “un exponente de talla presidencial”. Fabio Ochoa fue propietario del famoso restaurante bogotano “La Margarita del 8” y antes que se conociera la identidad del propietario, en la pared del fondo posaba colgada una gigante fotografía donde aparecía Álvaro Uribe con su padre y hermanos.

Hace dos meses, Rafael García ex jefe de informática del DAS, elaboró un documento testimonial que fue entregado a las autoridades de los Estados Unidos, narrando con lujo de detalles su paso por ese organismo de inteligencia y la relación de Uribe Vélez y altos funcionarios de su gobierno con el narcotráfico y el paramilitarismo. Revela que el DAS con el consentimiento de Uribe, conformó una red de narcotráfico y lavado de dólares apoyada por paramilitares del bloque Norte y el frente contrainsurgente Wayúu, para envíos de cocaína a los Estados Unidos, otra ruta: Cartagena- Panamá- la Florida y con el grupo narcotraficante de Hernán Giraldo, la ruta Paraguachón-Punto Fijo, con destino final Centroamérica y el Caribe.

Esta organización fue consolidada en el 2003 y bautizada con el nombre de “El cartel de las tres letras” en alusión de las siglas del DAS. En alianza con la organización narcotraficante mexicana de los hermanos Beltrán Leiva, quién recibía la droga y la trasladaba a la costa este de los Estados Unidos.

Durante los años 2002 y 2003 se introdujeron en Colombia cerca de 100 millones de dólares provenientes del narcotráfico. Manifiesta que asistió a una reunión con el jefe de estado quien le dio la orden de entregar información a las AUC. Admite la existencia de un plan orquestado por el alto gobierno colombiano para conspirar contra Venezuela, ejecutado a través de la infiltración de paramilitares de los bloques Catatumbo y Vencedores de Arauca en nuestro país, para usarlo como ruta del narcotráfico.

Pese la gravedad del informe que desenmascara y deja en evidencia a ese gobierno narco-paramilitar, coincidencialmente continua el silencio, tanto de la casa de Nariño, como de la casa blanca.

Pedro Carreño

pedrocarrenoe@gmail.com

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