RUPTURA UNIVERSITARIA

REPRESAS Y CAMBIO CLIMÁTICO

No hace mucho tiempo se descubrieron los problemas ambientales globales y decisivos para la vida en nuestro planeta. Entre ellos está el cambio climático o calentamiento global que llevó a la generación de cientos de estudios científicos y la constitución del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas y a tratados internacionales como el de Kyoto.

En los últimos meses trascendió un informe del Pentágono de EEUU de NA llamando la atención sobre los riesgos del calentamiento global y las necesidades de adoptar medidas urgentes; luego, el informe del economista y ex jefe del Banco Mundial, Nicolás Stern al gobierno británico, en el cual advierte que de no contrarrestar el calentamiento pronto con medidas eficaces, los costos que ocasionaría serán mucho mayores; finalmente, en la reciente reunión del Panel Intergubernamental los científicos advirtieron que el calentamiento era mayor y más rápido a lo que habían calculado antes y por lo tanto, sus efectos también mayores. Por otro lado, no deja de ser sintomático que un Vicepresidente y casi Presidente de EEUU de N.A. este en campaña para contrarrestar el calentamiento global y su documental sobre este tema “Una Verdad Inconveniente”gane un Oscar.

Entre las medidas más importantes que se propone para aminorar el calentamiento global, está el bajar las emisiones de gases de efecto invernadero, entre los que destacan el anhídrido carbónico, el metano, el óxido de nitrógeno y los gases agotadores del ozono y además está el de aumentar la absorción de estos gases.

Como efecto de estas medidas, las centrales generadoras termoeléctricas pasaron a la lista negra de emisores de gases de efecto invernadero y surgieron los bonos para incentivar la absorción del carbono y las alternativas tecnológicas sin emisiones. Otro efecto fue el que la industria nuclear, la hidroeléctrica y las energéticas no convencionales aprovecharan la coyuntura para promocionarse como “la solución” e intentasen acceder al jugoso negocio del mercado de bonos de carbono. La verdad es que en el caso de las dos primeras , si bien no emiten humo, es conocida la peligrosa contaminación que produce aquella nuclear, cuyos residuos permanecen radiactivos por sobre 25.000 años. En el caso de las hidroeléctricas, surgieron estudios que demuestran que aquellas de represa-embalse son importantes emisoras de metano; a tanto que V. L. St. Lois y otros en Bioscience 50 (9) de Septiembre 2000 afirma que las emisiones provenientes de embalses constituyen 70% del impacto del calentamiento global.

El impacto en el calentamiento global de una central generadora a gas moderna es 5 a 8 veces mayor a aquel de un embalse en latitud boreal (poca materia orgánica inundada), pero un embalse tropical (mucha materia orgánica inundada) puede tener un impacto 66 veces superior a una central a gas. Los embalses boreales estudiados en Canadá emiten desde algo menos de 75 a más de 90 gCo eq/kVh mientras aquellas amazónicas emiten 3.280 a 30.250. En comparación, una central térmica de carbón con tecnología moderna emite 790 a 1.200, una diesel o crudo de petróleo 550 a 730, una de gas natural 300 a 760 y la alternativa fotovoltaica 30 a 120, la eólica 7 a 40 y la nuclear 2 a 60 (Cuadro 2, pg. XLI , P. Mc Cully, Ríos Silenciados, 2001-2004).

Por cierto, estos descubrimientos dejaron fuera de la categoría de “energías limpias” que puedan optar a bonos de carbono a las hidroeléctricas de represa-embalse.

Cabe agregar que las represas-embalses no sólo producen gases de efecto invernadero, sino que además provocan la eliminación, al inundarlas, de miles de hectáreas de bosques, vegetación y suelo que entre otros “servicios” prestan aquel de la absorción de carbono. También, y esto es particularmente importante en las cercanías de las superficies de glaciares, los embalses producen efectos microclimáticos que pueden incidir negativamente sobre esas masas de hielo y hacerlas retroceder aún más rápido de lo que ya ocurre. Peter Hartmann