COLOMBIA: BASE DEL IMPERIO
Los gobiernos de Colombia y Estados Unidos defendían públicamente que el acuerdo militar tenía como única misión actividades dentro del territorio colombiano para combatir a través de operaciones militares el narcotráfico y a los movimientos insurgentes a quienes etiquetan de terroristas, no siendo casualidad que este epíteto no lo apliquen a los sanguinarios narco-paramilitares.
El presidente Uribe en la reunión de UNASUR en Bariloche adujo como protección al acuerdo que no afectaría a sus vecinos. Sin embargo aparece ahora un documento oficial de
Ante esta nueva evidencia, se ratifica lo que siempre ha expresado el Comandante Hugo Chávez, sobre la amenaza real que representan estas bases para la paz y la seguridad de América del Sur, mientras cínicamente, tanto el Presidente Uribe como el gobierno de Washington valiéndose de la difusión en sus grandes medios, manipulan para tratar de hacer ver lo contrario.
Ahora cuando el presidente Chávez consciente del espíritu y propósito militar del acuerdo, hace un llamado de alerta al pueblo venezolano reiterando la necesidad perentoria de estar preparados para hacer frente a la amenaza en todos los ámbitos incluyendo el militar, resulta que el imperio al lado de reporteros, periodistas, editorialistas y cadenas de sus grandes medios, desvirtúan la declaración posicionando la matriz de opinión, que Chávez esta haciendo un llamado a la guerra y con ello generar confusión a tal punto que hasta el mismo senado brasileño postergó la votación sobre el ingreso de Venezuela a MERCOSUR y el propio presidente colombiano cual Caín de América tiene la desfachatez de informar que acudirá a
Ante estos hechos que evidentemente ratifican la intención del imperio, los pueblos y gobiernos progresistas de América Latina deben dar demostraciones de unidad y fortaleza, entendiendo que esta es la mejor forma para prevenir una agresión desde Colombia y siempre vigilantes aplicar aquel viejo adagio romano: “Vis pacem para bellum” (“Si quieres paz prepárate para la guerra”).
Pedro Carreño
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