CARTEL DE LAS TRES LETRAS
De manera sistemática la estrategia del presidente colombiano Álvaro Uribe Vélez para camuflar su relación con el paramilitarismo y el narcotráfico, ha sido a través de la agresión a sus vecinos, contra quienes arremete de manera irresponsable tratando de eludir su problemática interna.
Para comprender su conducta, es necesario recordar un pasaje de su vida, a título de referencia.
Fue Director de Aeronáutica Civil de Colombia en el año 1981. Durante su gris gestión, le otorgó licencia al narcotraficante colombiano Jaime Cardona para que operara la ruta aérea Medellín-Turbo y la autorización para la construcción de un aeropuerto en su hacienda “El
En el libro “Mi vida en el mundo de los caballos” (de impresos litográficos. Medellín 1988) escrito por el jefe del cartel Fabio Ochoa, llena de loas a su padre Alberto Uribe Sierra, y al referirse a Álvaro lo califica como “un exponente de talla presidencial”. Fabio Ochoa fue propietario del famoso restaurante bogotano “
Hace dos meses, Rafael García ex jefe de informática del DAS, elaboró un documento testimonial que fue entregado a las autoridades de los Estados Unidos, narrando con lujo de detalles su paso por ese organismo de inteligencia y la relación de Uribe Vélez y altos funcionarios de su gobierno con el narcotráfico y el paramilitarismo. Revela que el DAS con el consentimiento de Uribe, conformó una red de narcotráfico y lavado de dólares apoyada por paramilitares del bloque Norte y el frente contrainsurgente Wayúu, para envíos de cocaína a los Estados Unidos, otra ruta: Cartagena- Panamá-
Esta organización fue consolidada en el 2003 y bautizada con el nombre de “El cartel de las tres letras” en alusión de las siglas del DAS. En alianza con la organización narcotraficante mexicana de los hermanos Beltrán Leiva, quién recibía la droga y la trasladaba a la costa este de los Estados Unidos.
Durante los años 2002 y 2003 se introdujeron en Colombia cerca de 100 millones de dólares provenientes del narcotráfico. Manifiesta que asistió a una reunión con el jefe de estado quien le dio la orden de entregar información a las AUC. Admite la existencia de un plan orquestado por el alto gobierno colombiano para conspirar contra Venezuela, ejecutado a través de la infiltración de paramilitares de los bloques Catatumbo y Vencedores de Arauca en nuestro país, para usarlo como ruta del narcotráfico.
Pese la gravedad del informe que desenmascara y deja en evidencia a ese gobierno narco-paramilitar, coincidencialmente continua el silencio, tanto de la casa de Nariño, como de la casa blanca.
Pedro Carreño
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